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Cómo reducir el estrés de las videoconferencias gracias a la ciencia

Si trabajas desde casa, seguro te has enfrentado a este dilema: quieres activar la cámara durante una reunión con video para demostrar tu compromiso con tu trabajo, pero el estrés que esto genera es una consecuencia inevitable cuando te encuentras frente a la cámara.

Han pasado más de dos años desde que millones de personas comenzaron a trabajar desde casa. A esta altura, todos estamos cansados ​​​​de ver nuestras propias caras; sin embargo, muchas personas encontraron la manera de solucionar esto con una función muy subestimada disponible en el software de videoconferencias. 

“Ocultar vista propia”, como se conoce en Zoom, o la función “Ocultarme” en Microsoft Teams son métodos que, en contra de la lógica, te permiten mantenerte más involucrado en una reunión. Pero ¿por qué esconder la vista de tu propia cara es tan eficaz para reducir el estrés de las videoconferencias?

“Las personas introvertidas a menudo se sienten cohibidas cuando ven su imagen en la pantalla”, comparte Melinda Marcus, autora de Read the Zoom, con Asana. “Esto inhibe su concentración y participación”.

Marcus agrega que, si estás en una videoconferencia y usas una plataforma que no te permite ocultar tu rostro en la pantalla, puedes probar con una nota adhesiva. Incluso puedes usarla como una oportunidad para motivarte. “Aconsejo a los clientes que escriban recordatorios en la nota, como ‘sonríe’ o ‘inclínate hacia adelante’ para mejorar su interacción con los demás”, compartió con Asana.

Pero ¿por qué no apagar la cámara por completo?

A medida que avanzaba el confinamiento por la pandemia, los ejecutivos que inicialmente se mostraban firmes en su decisión de verles las caras a los miembros del equipo durante las reuniones por video comenzaron a comprender que, después de meses de trabajo remoto, esto ya no era apropiado, ya que las personas empezaron a trabajar desde diferentes lugares de la casa y, a menudo, tenían que cuidar de niños pequeños o adultos mayores.

Con el tiempo, los trabajadores empezaron a pensar que aquellos ejecutivos que obligaban a los empleados a encender sus cámaras durante las reuniones virtuales ignoraban el ajetreo diario del hogar. La cultura les ordenó detenerse. Y la investigación científica sugirió que tener la cámara encendida era agotador.

La evidencia científica de que apagar la cámara ayuda a reducir el estrés de las videoconferencias

“La fatiga afecta el rendimiento el día de la reunión y el día siguiente”, escribe Allison Gabriel, Ph.D., profesora de administración y organización en la Universidad de Arizona. “Las personas que tenían las cámaras encendidas, o a las que se les pedía que las mantuvieran encendidas, afirmaron experimentar más fatiga que aquellas que no usaban cámaras”.

Gabriel y sus colegas probaron una serie de hipótesis para su experimento, entre ellas: “Los días en que los empleados usan la cámara durante las reuniones virtuales (en lugar de no usar la cámara durante las reuniones virtuales), experimentan una mayor sensación de fatiga diaria”.

Se demostró que la hipótesis era correcta: las personas estaban más cansadas cuando activaban la cámara durante las videoconferencias. Su investigación se publicó en la edición de agosto de 2021 del Journal of Applied Psychology.

“Esa fatiga se correlacionó con menos intervención oral y menos participación durante las reuniones. Entonces, en realidad, aquellas personas que tenían las cámaras encendidas participaban potencialmente menos que aquellas que no las usaban. Esto contradice la creencia convencional de que se requieren cámaras para participar en reuniones virtuales”, agrega Gabriel en su investigación.

El estudio se realizó con 103 empleados que proporcionaron 1408 días de datos de un total de 2033 días. Los participantes eran en su mayoría mujeres (56.3 %) y personas caucásicas (71.8 %). La edad promedio fue de 41.3 años y la antigüedad promedio en la empresa fue de un poco menos de tres años. Los participantes de la investigación trabajaban en diferentes puestos (por ejemplo, especialistas en informática, ingenieros de software, coordinadores de recursos humanos, directores de operaciones). Un 48.8 % ocupaba cargos directivos.

“Aquellas personas que tenían las cámaras encendidas participaban potencialmente menos que aquellas que no las usaban. Esto contradice la creencia convencional de que se requieren cámaras para participar en reuniones virtuales”.

Allison Gabriel, profesora de administración y organización en la Universidad de Arizona

Sahar Yousef, Ph.D., neurocientífica cognitiva y miembro de la facultad de la Escuela de Negocios Haas de UC Berkeley, escribió anteriormente para Asana sobre el área fusiforme de las caras (FFA), el área del cerebro dedicada al procesamiento de rostros. “No se puede apagar, y eso se suma a la sobrecarga cognitiva que sientes”, agrega Yousef. 

Por qué apagar la cámara puede enviar un mensaje equivocado 

Si bien la investigación científica sugiere que se debe evaluar la posibilidad de dejar la cámara apagada durante las reuniones virtuales, ya que podría ser beneficioso, la realidad es diferente, y algunas personas pueden pedirte que enciendas la cámara durante las videollamadas. 

Marcus, autora de Read the Zoom, comentó a Asana que tener la cámara apagada durante las reuniones puede enviar un mensaje equivocado, o aún peor, tus buenas ideas pueden atribuirse accidentalmente a otra persona.

“No recomiendo apagar la cámara, ya que otros participantes no lo perciben positivamente e incluso puede hacer que los demás se olviden de que estás en la reunión”, dice Marcus antes de plantear la hipótesis de un panorama aterrador para el mundo corporativo. 

“Incluso si contribuyes con ideas, lo más probable es que las personas las atribuyan a otros participantes cuyos rostros pudieron ver, cuando recuerden la reunión”, dice Marcus.

La ciencia sugiere que no verse en la pantalla reduce el estrés de las videoconferencias

Todo esto plantea la pregunta: ¿Ocultar su imagen es una táctica saludable para las personas que quieren reducir la fatiga, pero que también necesitan “dar la cara” para el crecimiento de su carrera?

Gabriel, autora de la investigación, comparte su opinión con Asana: “En pocas palabras, sí”. “Creo firmemente que ocultar nuestra imagen en la pantalla puede ser una forma de preservar el bienestar y reducir cierto nivel de fatiga [durante las videoconferencias]”.

“En nuestros datos no exploramos esta opción, pero después de la publicación, muchas personas nos dieron esta recomendación”. 

“Creo firmemente que ocultar nuestra imagen en la pantalla puede ser una forma de preservar el bienestar y reducir cierto nivel de fatiga”.

Allison Gabriel, profesora de administración y organización en la Universidad de Arizona

“Dada la presión que sentimos con respecto a la imagen que proyectamos”, dice Gabriel sobre las videoconferencias, “ocultar tu propia imagen sería un truco fácil para reducir parte del desgaste”.


Kassondra Glenn, psicoterapeuta y trabajadora social maestra con licencia, compartió con Asana, “la comunicación en persona hace que todo el enfoque de uno se centre en la otra persona. Vernos a nosotros mismos frente a la cámara durante una reunión de video no refleja ese fenómeno natural”. 

“Es fácil centrarse demasiado en cómo nos vemos y en las expresiones faciales que estamos haciendo”, dice Glenn. “Nuestro hiperenfoque genera sentimientos de ansiedad. Ocultar nuestra imagen refleja con mayor precisión una experiencia en persona y vuelve a centrar nuestra atención en la otra parte de la conversación”.

Kara Nassour, consejera profesional con licencia que trabaja en Austin, Texas, realiza la mayoría de sus sesiones de terapia a través de Zoom, y trabaja con los clientes para superar la ansiedad que sienten por estar frente a la cámara durante períodos prolongados en el trabajo. El estrés de las reuniones por video se agrava con cada nueva reunión.

Nassour señala que los videos pueden distorsionarse y hacernos sentir cohibidos. Es posible que tu imagen te distraiga demasiado o que te preocupe la percepción que los demás tengan de ti. En ese caso, Nassour aconseja ocultar la vista propia o apagar la cámara: “Si en tu lugar de trabajo está permitido, prueba qué funciona mejor para ti”, dice.


Un representante de Zoom dijo a Asana que la función “Ocultar la vista propia” existe desde hace más de cinco años. Para los usuarios de Microsoft Teams, la compañía anunció que la función estaba disponible en la vista previa pública en enero de 2022. Cisco WebEx también ofrece la posibilidad de cambiar las preferencias de video de vista propia.

Y, por supuesto, siempre está la opción de la nota adhesiva.

Lee este artículo en inglés, francés, alemán, portugués, o japonés.

Special thanks to Allison Gabriel, Kassondra Glenn, Melinda Marcus y Kara Nassour.

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